lunes, 6 de febrero de 2012

Las greñas verdes de Baudelaire

Una mañana Charles Baudeliare se encuentra con Théophile Gautier, para desayunar en un distinguido restaurante del barrio latino en la Place de Saint Michel. El autor Les Paradis artificiels  –al que muchos suponen un dandi garboso y exquisito– se presenta transformado en un legítimo espantajo: lleva botas sucias, pantalones bañados de lodo hasta las rodillas y el cabello insólitamente teñido de un verde rutilante. Baudelaire –siempre altisonante y deseoso de alboroto– quiere sorprender a su amigo y, de paso, epatar a los emperifollados y vanidosos comensales.